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Los antiespumantes de poliéter y los de silicona son los más eficaces en la industria de la fermentación.

Los antiespumantes de poliéter se utilizan ampliamente debido a su buena capacidad antiespumante y su idoneidad para caldos de fermentación fluidos. Este tipo de antiespumante incluye principalmente el tipo GP y el tipo GPE. El antiespumante tipo GP se forma principalmente por la polimerización de glicerol y óxido de propileno u óxido de etileno. Tiene poca hidrofilicidad y es adecuado como medio de cultivo básico para inhibir la generación de espuma. El antiespumante tipo GPE se basa en el tipo GP y luego agrega óxido de etileno para mejorar la hidrofilicidad, que es adecuado para caldos de fermentación viscosos.

Los antiespumantes de silicona funcionan bien en entornos de fermentación ácida y alcalina fuertes y con altas temperaturas debido a sus ventajas como baja tensión superficial, capacidad antiespumante de alta eficiencia e inercia química. Este antiespumante puede extenderse rápidamente sobre la superficie de la espuma y lograr el efecto antiespumante al destruir la película elástica en la superficie de la espuma. Los antiespumantes de silicona también son difíciles de volatilizar y tienen un tiempo de acción prolongado, lo que les permite mantener un efecto antiespumante continuo durante la fermentación prolongada.